Un año más ya está aquí septiembre y con él llegan las fiestas grandes del pueblo en Honor a Nuestra Señora de la Cabeza, así pues los churrianeros/as tenemos cuatro días de fiestas y el último la procesión con nuestra patrona, aunque claro está que el año en que por razones del calendario la procesión es el primer día de fiestas nos quedamos trastocados y las fiestas parecen distintas, y distintas son las fiestas que de unos años aquí tenemos en Churriana de la Vega me viene al recuerdo las fiestas que siempre hemos vivido, siendo los últimos vivirlas en plenitud la gente de mi quinta, situadas en la calle Santa Lucía, el Paseo de la Ermita y la Plaza Nueva.
Recuerdo quedar con los amigos, arreglarnos cada uno por nuestra cuenta y para la ocasión, y en mi casa subir la calle Angel Ganivet hasta el cruce con la calle Santa Lucía, ya estabas en las fiestas, ahora tocaba buscar a los amigos, "vamos a ver, ¿dónde hemos quedado?, ¿en un sitio en concreto o hemos dicho que nos buscábamos?", antes el uso del móvil no era el que tenemos en la actualidad, y de repente decías ""¡Coño si están en la cola de la balcaza!", para quien no sepa que era la balcaza haré una breve descripción: era una especie de "caja" rectangular con un techo de flores naranjas que daba hacia el interior del columpio de lona que estaba amarrado a la estructura de hierro que conformaban lo que se usaban como "paredes", pues estas paredes eran una especie de rejería, unido todo a un suelo de tablones de madera y sobre el mismo dos tiras de bancos a izquierda y derecha enfrentados los de un lado y otro con un pasillo en medio, pues no había normas ni ataduras podías deambular por dentro del columpio con total libertad, toda la estructura estaba sujeta por la parte superior a una estructura de hierro con forma de dos triángulos. ahora bien entrabas y te ponías donde querías, sentado, de pie, en el pasillo y el único sistema de seguridad era o te agarrabas a lo que fuere o que fuere lo que Dios quisiera, los más gallitos y las más gallitas solíamos ponernos en la parte de atrás de pie y de espaldas a la gente agarrados a la reja, y aunque era acto de valentía ante los demás en realidad estábamos cagados de miedo y luego nos dolían las manos de estar agarrados tan fuerte y de repente el feriante activaba la polea la balcaza comenzaba a "balancearse" de arriba hacia abajo hasta quedarse prácticamente perpendicular al suelo, y de repente te sentabas porque te mareabas, los pies te volaban, todo el mundo se ponía ha andar por dentro del columpio claro está que al días siguiente no ganábamos para trompocid. Bajamos de la barcaza y a los coches de choque cual salvajes, pobre de quien llevara gafas o tuviera más peso de la cuenta o fuese empollón en la escuela... puestos en el descampado hoy vallado y con animales varios. Seguimos la ruta que aún no estamos todos y nos han dicho que el resto de gente está en el canguro, pues nada a recortar por detrás del tren de la bruja donde estaban nuestros padres con nuestros hermanos pequeños, y en lo que era antes el solar de los leonardos nos encontramos un par de años el gusano loco, claro está que el tren de la bruja es para los pequeños y esto que es lo mismo pero cubriéndonos con una lona des se muy mayores, ¡Venga vamos al canguro! pues nada se han ido vamos a ir para la Plaza Nueva, vuelta sobre nuestros pasos, pasamos por los coches de coche de peques, los tíos vivos, y en alguna ocasión por delante de una especie de barcas con forma de cisne ¿os acordáis? seguimos por delante de puestos y de las tómbolas para finalmente llegar a la espalda del escenario de la verbena.
Si tomábamos hacia el lado de la derecha nos tocaban bares de tapas pero elegíamos el de la izquierda, en la acera de la autoescuela, puestos de regalos varios, almendras, garrapiñadas, cocos, manzanas de chocolate... y mira por donde te dan una papeleta de una tómbola y ¡PREMIO! te toca un pez que te lo dan en una bolsa de plástico, y se viene de fiesta, ya estás viendo tú que vas a bajar a tu casa a dejar el pez.
Llegamos al pase de las cruces hacia la Plaza de las Palmeras más puestos y hacía la derecha comienza lo bueno, las aceras son el suelo de nuestras barras, de nuestros particulares chiringuitos, barras de diferentes familias, cada una con su música, sus altavoces y la calle a reventar, música que solo paraba en señal de respeto cuando el día de la Subida de la Virgen de la Cabeza pasaba por la calle dirección a su Ermita, pero a lo que iba te movías por inercia, no hacía falta saber bailar ya que realmente no sabías que bailabas, sonaban a la vez, rumbas, sevillanas, Mecano y la Guardia, vamos un cubalitro en la la barra de Dati por 500 ptas.
Toca entrar al patio de Javi, ya no hay matojos como hacia un par de semanas ni coches polvorientos aparcados, entramos al LATIGAZO!!!!, musicón reto total dentro de una carpa de lona blanca que no te deja ni respirar, entre la gente, el humo, el calor... de nuevo a la calle y entre tanto ruido y música se escucha en la verbena PAQUITOOOOOO!!!!!!!, "¡Ostias niños a bailar paquito el chocolatero!, oye una cosa ¿y el pez?, ¿el pez? no preguntes y te lo hubieras bajao a tu casa.... (RISAS). Y llegamos a la verbena a bailar Paquito el Chocolatero, entre pequeños y mayores, se acaba y todos muertos de risa y se canta otro temazo.. el canguro camina palante y el canguro camina patrás eoeoeeoeoeoeeo. "¡JAJAJAJAJA! Dios que calor ¿nos tomamos unos churros?" venga vamos a reponer fuerza que el Latigazo está abierto hasta las 8:00.
Estas eran nuestra fiestas la que muchísimos anhelamos pero si bien es cierto que a veces no llueve al gusto de todos y el ayuntamiento ante la queja vecinal tuvo que decidir cambiar el emplazamiento de las mismas, y de esto doy fe pues el último año en que se celebraron allí, yo fui personalmente con el resto de mis compañeros de la comisión de fiestas a entregar una carta de disculpa y una rosa.
Venancio Galán Cortés
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